Seguiremos
siendo el culo del mundo. Por mucha tecnología que nos hagan llegar, por mucha
red social con la que pretendan acercarnos a la modernidad, cada día nos
alejamos más de la realidad social y de la verdad. Los avances técnicos se
utilizan para la memez y la chabacanería, principalmente. Los argumentos
culturales que podrían minimizar los efectos negativos que provocan los
dirigentes con sus manifestaciones, con sus injerencias en la convivencia
diaria, alterando el sentido básico y primordial del término, los defenestran
con manifestaciones y llamamientos a la solidaridad como los que han realizado,
recientemente, nuestros ínclitos y decimonónicos Juan Manuel Sánchez Gordillo y
Diego Cañamero. Con sus caducos idearios continúan con una lucha imposible. Sus
llamamientos a la solidaridad no pueden estar más alejados de la realidad. Tal
vez el fondo de los problemas que platean, las desigualdades y las injusticias,
no estén exentas de razones, pero las actuaciones y los métodos que vienen
utilizando los desacreditan.
Estos
visionarios, con sus reflexiones ancestrales, fuera de toda aplicabilidad en
los tiempos que corren, se permiten adherirse, quiero pensar que a título
personal y unívoco de los partidos y asociaciones a los que representan, a los
llamamientos aberzales que solicitan el acercamiento y la liberación de los
presos vascos, de los asesinos y de sus cómplices, a sus domicilios,
especialmente al que se va a celebrar el día doce de enero, en Bilbao, con
estas reivindicaciones.
Consideran, con
unas reflexiones que utilizan para justificar su adhesión a esta concentración,
y que se ponen en boca de Manuel Rodríguez Guillén, que el trato hacia los presos vasco es inhumano, independientemente del
delito que hayan cometido y que no sólo se
castiga al preso, sino también a sus familias, quienes tienen que desplazarse
miles de kilómetros para visitarlo, añadiendo para los incultos en
jurisprudencia como yo, que los estos presos tienen sus derechos. Porque además en su video, en sus pronunciamientos,
ni siquiera hace un llamamientos al acercamiento sino a la puesta en libertad
de estos asesinos. El acabose que diría mi abuela. Claro. En una sociedad
democrática todos tenemos derechos pero debemos considerar, que se nos olvide,
que junto a éstos vienen anejas las respectivas obligaciones y las
responsabilidades que llevan los actos cometidos. Tanto como hablan y requieren
de la memoria histórica, tanto como la utilizan para obtener sus luengos
beneficios, y ahora olvidan lo que ha venido sucediendo, en los últimos años,
en este país, los episodios violentos y los asesinatos cometidos por esta banda
de mafiosos.
Parecen
olvidar que hay personas que son víctimas de sus hechos de bandidaje, de las extorsiones
a las fueron sometidas muchos vascos, ciudadanos de segunda clase para estos ejecutores sin
piedad. Parecen olvidar, los señores Sánchez Gordillo, Cañamero y sus adláteres,
que hay españoles que ya no pueden dar un beso a sus hijos, a sus esposos, a
sus familiares más íntimos, que lo único que pueden hacer, gracias a la consideración que tuvieron sus verdugos
para acercarlos a sus familias, con un tiro en la nuca o destrozados por una
bomba, es poner flores en las tumbas donde reposan sus maltratados cuerpos. No
deben olvidar, estos señores que no se hartan de ensuciar la palabra libertad, que muchas de estas lápidas
están en los cementerios andaluces y que hay madres que recorrerían, con mucho
gusto y satisfacción, esas distancias que ahora parecen ser motivo de escarnio
para los que pusieron luto y dolor en muchas familias de nuestra tierra. No
deben olvidar estos señores que hay ciudadanos andaluces que no tiene más
derechos que el homenaje póstumo, que la mención en las terribles memorias que
se realizan, que son nombres en una lista de damnificados, de asesinados y
vejados por el mero hecho de ser españoles. No deben olvidar estos señores que
hay mujeres, en los pueblos y en las ciudades andaluces, que llevan vestidos
negros y lazos negros, que vieron fracturadas sus vidas porque una partida de
asesinos querían ser Dios y tener el poder de otorgar o quitar el don de la
vida, y lo que es peor, en nombre de la libertad.
Yo estaría de
acuerdo con sus manifestaciones siempre y cuando pudieran recuperarse las vidas
enclaustradas en las tumbas, devolviéndoles los abrazos a quienes se los
robaron, que los hijos recuperan el calor de los abrazos de sus padres, que las
hijas pudieran ser llevadas al altar del brazo de sus progenitores y que las
esposas recuperaran los besos y el amor que les fueron arrancados por las ondas
expansivas de las bombas. Entonces sí, señor Cañamero. Porque hay quienes
pueden hacer todo eso todavía, aún sabiendo conscientemente que mataron con la impunidad
y cobardía con la que solían ejecutar sus sentencias. Y lo hacen porque tenemos
la consideración que ellos no tuvieron hacia sus víctimas, porque somos
defensores de los derechos que ellos no aplicaron y porque amamos la vida que
ellos cegaron. Y por favor, no utilicen más el nombre de Andalucía para buscar
beneficios de asesinos y criminales. Si ustedes están dispuestos a equipararse
con ellos, no cometan la terrible injusticia de arrastrarnos a nosotros en sus desvaríos.
https://www.youtube.com/watch?v=MSBJnj9qLBA
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