Hay amaneceres
que deslumbran, y engrandecen el alma, con su transparencia porque su luz
arrasa los delimitados espacios de una habitación para alertar a los sentidos
de la grandeza de Dios, que suele presentarse con estas exposiciones de
belleza.
Hay amaneceres
que encandilan con la ilusión cuando aún la luz se despereza en los confines
del horizonte y una mácula húmeda, cincelada por el frío de los primeros días
del año, se entroniza en los perfiles del cristal y la visión al otro lado se
manifiesta mágica, un prodigio que enturbia los sentidos hasta provocar el
asombro.
Hay amaneceres
difusos que se aclaran con una presencia fulgurante y maravillosa que va
venciendo las sombras, de tanto vigor que es capaz de arrinconar las espesuras
de las penumbras, humillando a la oscuridad, inutilizando cualquier hito de la razón,
deshaciendo atisbos de tristeza, inhabilitando la somnolencia que parece querer
adueñarse de los ojos de un niño expuestos a la contemplación de la Madre de
Dios, que comienza a insinuarse en los perfiles de una esquina, de las aristas
blanqueadas que repelen el fulgor de la luz
de una candelería, mientras unas manos diminutas se aferran a la álgida
sensación de los hierros de un balcón, estribados barrotes que parcelan su
visión, que le hacen tambalearse en sus
emociones porque quiere arrebatarle la secuencia que tienen grabar, en los
confines del alma, obstruir los ojos infantiles que otean ansiosos el espacio
que le va a procurar la culminación del embeleso, que le va a transportar, con
su imaginación, aun encuentro, por desconocido, maravilloso.
Hay amaneceres
que marcan para siempre, que se retienen en la memoria, máxime cuando en la
visión asombrada del niño se plasma la emergente grandeza de la Virgen de la
Esperanza, esplendor que marcó su
existencia, aquel amanecer primero donde se encontró de frente a la Madre de
Dios, donde Ignacio Cortés empezó a fantasear con la realidad, a descubrir
matices mágicos donde los demás solo apreciamos cotidianidad. En estas
contiendas, en estas lides que le forjan entramados contrapuestos en su alma,
encuentra la solución a las precariedades de la vida. La subjetivación de sus
pareceres nos descubren mundos en nuestro propio mundo, espacios de los que es
capaz de extraernos universos de emociones y mostrárnoslos como ente naturales.
Es la esencia de lo inmaterial lo que se le descubrió en aquella
mañana de su primera infancia, la substancia que le cautivara desde su mejor
edad, que le ha marcado en sus comportamientos y en sus emociones, cuando en un
amanecer claro de Viernes Santo, la estridente armonía de la Centuria Macarena
le perturbara sus sueños y sus ojos de niño, aferrado al balcón de su casa en
la calle Sor Ángela, le descubrieran al universo devocional que discurría bajo
su atenta mirada. Tal vez, en aquel mágico instante, comenzara a confabularse con
su espíritu para que un día, pudiera mostrar al mundo aquella aparición, que
por hermosa y mística, cautivara sus sentidos, la de la Santísima Virgen de la Esperanza
Macarena.
Por eso escapa a mi
comprensión esta lejanía tuya de lo que tanto quisiste, este apartarte de un
mundo que tanto te quiso, que tanto te quiere, a pesar de la distancia. No sé
qué negros presagios han conducido tus
pasos hasta esconderte de la convicción, que oscuras palabras habrán retumbado
en tus oídos para relegar de los sentimientos que los tuyos pusieron en tu alma
y hacen que desatiendas cualquier llamada.
Sé que es la nostalgia la que me visita, el recuerdo de
la amistad que renace cuando veo alguna de tus obras. Aún mantengo la Esperanza
de poder compartir aquella sonrisa tuya, aquellos momentos de conversación
mientras por los ventanales de tu estudio se colaba la dulzura de la noche y ascendía
el rumor espeso de quienes ocupaban la plaza para revitalizarla con la tertulia
al aire libre. Ignoro, querido Ignacio, qué ha provocado este aislamiento, éste
querer no ser tú, cuando me descubriste cómo la Virgen de la Esperanza, al
pasar por donde ahora habitan los recuerdos, recuperaba tu infancia.
Hola, soy autor del blog sevillano http://elduendecritico.wordpress.com, me parece interesante tu blog, por eso quería proponerte realizar un intercambio de enlaces, de forma que tú incluyas mi dirección en tu lista de blogs y yo haga lo propio con el tuyo. Espero tu respuesta. Saludos
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