Esta es la ventana a la que me asomo cada día. Este es el alfeizar donde me apoyo para ver la ciudad, para disfrutarla, para sentirla, para amarla. Este es mi mirador desde el que pongo mi voz para destacar mis opiniones sobre los problemas de esta Sevilla nuestra

jueves, 23 de junio de 2011

DIOS ESTÁ AQUÍ...


La juncia cubre el camino que aroma el romero. La calle entera se arrodilla, se doblegan las esquinas cuando Dios pasa ofreciendo su dicha, la gran promesa que se hace cuerpo, materia para ofertarnos el prodigio de su trascendencia ascética. Hay música solemne que rinde honores y da esplendor a la procesión, voces que entonan salmos y que invitan al misticismo, al encuentro siempre cercano y próximo del Redentor ofreciendo su amor. “Cantemos al amor de los amores, cantemos al Señor, Dios está aquí, venid adoradores, adoremos a Cristo Redentor…” Himnos que nos alegran el espíritu porque nos acercan al Creador, porque nos serenan el alma al mantener la certeza de Su proximidad.

Una nube de incienso va anunciando la llegada. Es una ocasión única y por ello excepcional. Tú frente a Dios, en la soledad de un espacio que compartes con otras miles de almas, en un estadio donde imprimes tu carácter personal con tus oraciones, tus peticiones, tus invocaciones, acaso con tus relatos y tus recuerdos porque el camino se empieza a acortar. Estas en la calle y estás solo, desprovisto del caparazón de egoísmo, desprendido del egocentrismo que nos hace imperfectos, en un retiro en el que muestras las imperfecciones ante la pureza de su manifestación divina. Percibes, en este encuentro en la soledad, la necesidad de traspasar las lindes de lo sobrenatural que nos rodea, que nos cubre con un halo de misterio de auto sacramental, una representación sin fin que nos aproxima al entendimiento, al conocimiento de la fuente de la Vida y experimentas la paternidad acercándose, penetrando en el corazón, ahora tan vulnerable porque se enfrenta a su Creador, al Dios bueno que se dispone y propone a la inmolación por tu amor. Dios que se sacrifica, que te busca, que sale a tu encuentro, que surca caminos y recorre veredas para que te unas al gran proyecto de amor que tiene preparado para el hombre. Dios que no castiga y siempre perdona viene para ofrecerte la sustancia que alimenta y engrandece el alma, que conjuga la fraternidad y favorece la gracia de la Esperanza.

Hoy se consagra ante nosotros, como aquella noche en la que se entregó para nuestra salvación a la muerte y a la que destronó de sus poderes con el resplandor de su luz, a la que puso vendas de victoria y cegó con el fulgor de su poder. Hoy, en su argénteo aposento, coronando la cima de la gran obra del mundo, en la cúspide del gran viático que surca los cielos y planea el aire de esta ciudad, viene a desvelarnos los misterios de la fe, a deshacer incógnitas entre quienes dudan, a repartir la gracia del pan que es su propio Cuerpo, a convertir su entrega en ofrenda, a distribuir la comunión entre su grey. El pueblo de Dios se arrodilla para recibirlo, para invocar su nombre y saberse protegido, para rendir pleitesía al Santísimo.

Sevilla entera es tabernáculo para Acogerlo. Hoy se ofrenda en las aceras, en los balcones que tiñen sus hierros con galas carmesís, en los soportales que exhalan frescor y que son reclinatorios y respaldos de confesionarios que nos preparan para la gran comunión.

Hoy están los sagrarios, con sus velos de respeto mostrándose a quienes se apostillan frente a ellos, danzando como seises recuperados al son que les marca una brisa, porque Dios está en las calles, buscándonos, alertándonos de su cercanía. Dios viene a tu casa, a pronunciar su discurso de amor, a que te unas al gran proyecto fraterno que tiene preparado para colmar la felicidad de los hombres. Dios está en la calle ansiando ver cómo haces realidad su mensaje. Hoy Dios, sustancial y presente, se une a la voluntad de los hombres que siguen clamando su caridad y perdón “… Gloria a Cristo Jesús, cielos y tierras, bendecid al Señor, honor y gloria a Ti, Rey de la Gloria, amor por siempre a Ti, Dios del Amor”.

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